La vida cotidiana nos arroja situaciones que pueden evocar una respuesta emocional.

Si bien muchas situaciones están fuera de nuestro control, la forma en que elegimos responder e invertir nuestra energía emocional está bajo nuestro control, aunque requiere algo de práctica. Verter nuestras emociones en algo que está completamente fuera de nuestro control es agotador y contraproducente. Desarrollar la capacidad de hacer una pausa, respirar y hacerse la pregunta; ¿Esta situación merece mi energía?

Todos tenemos una cantidad limitada de energía y las respuestas emocionales a los problemas cotidianos pueden robarnos algo de eso. Piensa en las diferentes cosas simples que exigen nuestra energía pero que quizás no la merecen; el clima; el semáforo en rojo; el hecho de que nos olvidamos de hacer algo. Ser consciente de estos desagües en su día y controlarse antes de verter su energía en esos desagües es algo que realmente puede mejorar su estado de ánimo, su perspectiva y sus niveles generales de energía.

En el deporte esta actitud es la que permite a los atletas sacar lo mejor de sí mismos. Todos reconocen que tienen una energía finita y, en última instancia, solo hay un número limitado de aspectos controlables en su burbuja. Entonces, para el corredor que llega el día de la carrera con una fuerte brisa, o el piloto de carreras que ve el pronóstico y se avecina una tormenta, tiene esa capacidad de hacer una pausa y canalizar todas sus energías en lo que puede controlar.

Entonces, la próxima vez que ocurra ese momento que solía hacerte tropezar, los tres consejos principales son:

1. Siempre haga una pausa, evitando reacciones repentinas basadas únicamente en la emoción.

2. Date la oportunidad de pensar tomando cinco respiraciones profundas.

3. Decide si la situación merece tu energía emocional y si no, enfoca tus energías en algo positivo.

Autor, Kevin Pickard

AP Race Coaches Network