La conexión es una necesidad humana intrínseca que todos anhelamos. Es el intercambio de la humanidad

La conexión humana es tan vital en la vida. Es la fuente principal por la cual los individuos prosperan, porque es una fuente clave de bienestar y felicidad.

Este es un punto de vista basado en la evidencia, respaldado por los trabajos del psiquiatra estadounidense Robert Waldinger, cuyo estudio de desarrollo de Harvard abarca 80 años de análisis de la salud física y mental de las personas. Demostró que no son necesariamente el dinero y la fama las principales fuentes de felicidad, sino que la soledad reduce la esperanza de vida y que el factor que determina nuestra salud es la calidad de nuestras relaciones. Esto es relevante para todos nosotros ya que, en última instancia, ya sea que trabajemos o estudiemos, puede ayudar a dar forma a nuestro presente y futuro, respectivamente.

También tenemos más evidencia de que la región de nuestro cerebro llamada corteza prefrontal medial, que se encuentra entre nuestros ojos, se activa y desea conexión y armonía.

En un mundo donde Instagram y la cantidad de seguidores que tenemos en las plataformas de redes sociales de alguna manera dan la idea errónea de que más seguidores se correlacionan con estar más conectados y menos solos, esto está lejos de la verdad; se trata de crear esas conexiones de confianza.

Dicho esto, la tecnología/las redes sociales pueden actuar como una opción para la forma en que nos comunicamos o nos conectamos entre nosotros y pueden ayudar a mantener la calidad de las relaciones.

Tenemos Zoom y otros conectores tecnológicos similares que han ayudado a las generaciones mayores a mantenerse en contacto con las familias a medida que han adoptado nuevos hábitos tecnológicos, por ejemplo. Era la única forma de mantener la conexión durante algunos de los momentos más solitarios debido a la pandemia.

Nosotros, como humanos, necesitamos calidad sobre cantidad cuando se trata de conexiones. Ser selectivo en la construcción de esos círculos de relaciones es clave. La investigación sugiere, cuando se trata de amistades, que tener entre uno y cuatro amigos suele ser suficiente para satisfacer nuestras necesidades.

Las conexiones basadas en la confianza y el respeto permiten que las personas se conozcan entre sí de una manera honesta y abierta, lo que contribuye en gran medida a determinar a quién nos acercamos cuando estamos en crisis.

Por eso es tan esencial para nuestro bienestar social hacer tiempo para formar estas relaciones y nutrirlas.

Entonces, ¿cómo fomentamos la conexión entre nuestros equipos o personas para que sientan que pertenecen a un propósito común?

Para empezar, no es tratar de ser algo que no eres. Cuando nos aceptamos a nosotros mismos, nuestros miedos, vulnerabilidades e imperfecciones, es muy poderoso. Ser nuestro verdadero yo es cómo atraemos las conexiones correctas. Lo que puede ser útil aquí es una práctica de atención plena o meditación para que te conectes a tierra y te encuentres a ti mismo, antes de comprender con quién puedes ser más compatible.

En el lugar de trabajo, ¿cómo puede pasar de "hacer crecer el negocio" a tener el ojo puesto en los comerciales y redirigir el enfoque para mostrar cuidado y compasión?

En educación, ¿puedes tomar tiempo de tus propios estudios para colaborar en un proyecto grupal o para ayudar a otros?

En el deporte, ¿cómo puedes ser más útil en el sentido más amplio del equipo? en lugar de ir a portería tú mismo, ¿podrías ayudar a un compañero de equipo que está pasando por una mala racha?

Hacer tiempo no solo para comunicarse con alguien, sino para ser abierto, curioso y auténtico es muy importante para establecer y mantener relaciones. No es lo que dices sino cómo lo dices lo que influye en la percepción. No es un éxito de la noche a la mañana, lleva tiempo.

Estar presente e intencional en su interacción y mantener una conexión diaria es realmente importante. ¿Alguna vez has visto a alguien preguntarte cómo estás mientras revisa su teléfono? Bueno, esa es una forma de crear barreras a la verdadera conexión. La idea es centrarse en algunas conexiones clave cada día y hacer que cuente.

Un ejemplo clásico: un paseo y una conversación en la naturaleza con un amigo o un miembro de la familia: puede marcar la diferencia tanto en la forma en que se siente como en la forma en que se siente el otro.

¿Cómo estás creando momentos de conexión en tu lugar de trabajo, lugar de aprendizaje o club deportivo?